Nuestro sistema nervioso hace lo que debe hacer para sobrevivir, y está perfecto, es lo que debe hacer.
Sin embargo, en organizarse y adaptarse, el sistema nervioso se desregula y se desconecta, llevándonos a estados disociativos, para lidiar mejor con la situación cuando “es demasiado”.
Cuando las respuestas fisiológica s de lucha o huída no pueden completarse, en un entorno que está siendo demasiado amenazante, nos desconectamos, nos disociamos, para poder sobrevivir de la mejor manera.
Sin embargo, vivir disociados constantemente nos quita vitalidad, poder escoger, y nos dificulta relaciones interpersonales sanas y plenas.
Algunas señales de disociación (por supuesto hay que evaluar el general, mucha atención acá): .
– Me cuesta conectar con las necesidades de mi cuerpo.
– No me doy cuenta de cuando necesito parar, hasta que estoy agobiad@.
– Me doy cuenta de lo que siento y lo que quiero decir horas después de que la situación pasó.
– Constantemente se me caen las cosas, choco con cosas.
– Me siento constantemente con baja energía y sueño.
– Las situaciones simplemente me ocurren y no sé que hago para que eso pase.
Es muy importante primero que tomes conciencia sobre esto, sin juzgarte, y que busques apoyo.
¿Cómo te puedo ayudar?
Con sesiones de psicoterapia, ya que me he especializado en alta sensibilidad y sistema nervioso, y con mi programa online Primeros Auxilios PAS, que comienza el 29 de Octubre.